miércoles, 30 de marzo de 2022

Teatro inclusivo: "Titánicas"

 El pasado 25 de marzo se representó por parte del alumnado del Aula Específica la obra "Titánicas", una escenificación de tres realidades y un denominador común: estar fuera de su tiempo.

En "Titánicas", tres mujeres se reúnen y se ríen de ellas mismas, satisfaciendo así la necesidad de llevar a lo más alto un humor aparentemente absurdo pero que lo único que pretende es hacerlas volar, dejándolas ser libres.

En breve tendremos fotografías de las representaciones.

Musicoterapia

Desde este mes de marzo y hasta el próximo mayo, nuestro alumnado del Aula Específica está trabajando con... ¡Música y danza!

El grupo aprende así a comunicar y expresarse de manera diferente a la habitual, empleando instrumentos de creación propia, identificando e interpretando músicas del mundo, bailando e improvisando.

Cada jueves, de 10 a 11h, ¡es la hora de musicoterapia!













lunes, 8 de noviembre de 2021

Microrrelatos ganadores

Tras unos días de ajetreo, hemos podido consultar las votaciones emitidas y anunciar los microrrelatos ganadores. Hay que destacar que no se han recibido votaciones a través de comentarios en el blog, sino que todas han sido mediante "me gusta" a las publicaciones de Instagram. El pasado viernes 5 a las 18:00h, momento en que se cerraron las votaciones, se hizo un recuento y los tres relatos más votados de cada categoría fueron:

Máximo 750 caracteres:

1.º Lucas, por Elene Kobiashvili (76)

2.º El pozo, por David Durán (50)

3.º La cabeza bien alta, por SDohertyS (34)

Máximo 500 caracteres:

1.º Noah, por Marina Álvarez (15)

2.º Un nuevo día, por Eva Bravo (10)

Máximo 250 caracteres:

1.º La Navaja, por Lázaro Granados (13)

2.º La main, por Silvia (5)

2.º El hotel, por lanochedelterror (5)

3.º La nada, por Ángela Esperanza Pirt Luque (3)


En breve anunciaremos el día en que se procederá a la entrega de diplomas (a todos los relatos, por participar) y premios a los relatos ganadores.

¡Enhorabuena!

sábado, 30 de octubre de 2021

Microrrelatos de terror (máximo de 250 caracteres)

Aquí tenéis los microrrelatos recibidos para la categoría de "máximo 250 caracteres. Podéis votar vuestro favorito en los comentarios o en la publicación correspondiente en Instagram (@comunicazahara).

 

 

Toc toc, por L. Francise

Toc toc. Abre la puerta. No hay nadie. Toc toc. Abre la puerta. No hay nadie. Toc toc. Fue el último susurro que escuchó.



La main, por Silvia

Un homme rentre à la maison âpres une longue journée. Il dîne seul, comment toujours. Il n’a pas personne. Il va au lit car il est très fatigué. Quand il met sa main sur le bouton pour allumer la lumière, il y a autre main déjà là.

 

 

El hotel, por lanochedelterror

Estábamos cenando en el comedor principal, cuando oímos unos pasos en la planta de arriba. Éstos delicadamente se acercaban a las escaleras. De un momento a otro se apagaron las luces y dejamos de oír esos pasos. Unas risas se oyeron por todo el hotel, y finalmente la puerta se abrió.

 

 

La nada, por Ángela Esperanza Pirt Luque

Miré a mi alrededor y me di cuenta de que no había nada. El cielo, la tierra, el horizonte… todo se había esfumado. Entonces, ¿Dónde me encontraba? Antes de tener tiempo ni tan siquiera de planteármelo, la nada me engulló.

 

 

La navaja, por Lázaro Granados 

-Papi, ¿por qué lloras?
-La policía me acaba de decir que han encontrado a tu madre muerta -le respondí intentando secarme las lágrimas-.
-Habrá sido un atracador, la navaja es el arma más común entre ellos –dijo sin dejarme decirle cómo la mataron-.

Microrrelatos de terror (máximo de 500 caracteres)

Aquí tenéis los microrrelatos recibidos para la categoría de "máximo 500 caracteres. Podéis votar vuestro favorito en los comentarios o en la publicación correspondiente en Instagram (@comunicazahara).



Un nuevo día, por Eva Bravo

Apenas había amanecido una fría noche de invierno. Los alumnos dormitaban, sin haber terminado de decidir si ya se habían despertado o no, ajenos a lo que les esperaba. Agarré con fuerza la tiza y me dirigí hacia la pizarra sin mediar una sola palabra. Mis manos no temblaron:

“Unit 4: Rational numbers”

Un alarido de terror rasgó el frío de un día que apenas si había comenzado.

 

 

Noah, por Marina Álvarez

-Hey Noah, I don't think it's a good idea to go there... -Luke said, looking at the cave his best friend had taken him to. He could feel shivers going down his spine as he received a notification from his phone. Stunned, he read the message he'd just received from Noah. It asked where he was. -Who the hell are you??- He asked to the person in front of him. Luke didn’t receive an answer, but he felt his heart beating faster. He started to run as "Noah" took a pocket knife out of his backpack.

Microrrelatos de terror (máximo de 750 caracteres)

Aquí tenéis los microrrelatos recibidos para la categoría de "máximo 750 caracteres. Podéis votar vuestro favorito en los comentarios o en la publicación correspondiente en Instagram (@comunicazahara).



La casa de los gritos, por C. E. Holing

La calle estaba oscura y fría, me daban escalofríos en todo el cuerpo. Pasando por las casas del barrio, pasé por una casa en la cual escuché a alguien gritar y pedir auxilio. No sabia que hacer. Llamé a la puerta: “¿Hay alguien ahí? Necesitan ayuda?” Sentí una sensación de asfixia, mis piernas empezaron a temblar. Era como si me movieran, como si algo o alguien me controlara. De tanto moverme terminé al borde de un barranco muy profundo enfrente del mar que daba directamente a la playa. Antes de caer, veo la silueta detrás de mí de una señora de avanzada edad con un vestido blanco, con ojos llenos de sangre y, después de verla, se hizo todo negro y no paro de escuchar gritos.

 

 

Lucas, por Elene Kobiashvili

Sitting on the couch rests a woman, Fran. Gracefully, she dusts her skirt and walks into her room, grabbing a syringe. Slowly, she heads to her son, Lucas’ - a young boy who’s paralyzed- room. As Fran enters his room, she notices that he's no longer in his wheelchair. Slowly, she hears footsteps from behind. There stood Lucas, knife in hand, sobbing as he's too weak to do anything. Gently, Fran takes the weapon from him, and carefully injects him with the syringe. Lucas is paralyzed once again. She puts him back in his wheelchair and feeds him, before locking the door and going to read the newspaper. She smiles as she sees Lucas' photo on the front page reported missing.

 

 

La casa de los susurros, por La bruja negra

La casa de mis abuelos no ha sido siempre un sitio vacío y silencioso, hubo un tiempo en el que toda la familia se reunía allí y rebosaba la alegría, mas eso terminó. Yo estaba de paso, haciendo noche. Estaba solo, no había luz y hacía frío. Tenía hambre pero no podía cocinar. Me dirigía al baño cuando empecé a escuchar susurros. Parecían provenir de la antigua habitación de mi padre. Me entraron escalofríos, pero me armé de valor y fui a comprobar. No había nada excepto la vieja muñeca de mi tía. Asumí que habrían sido imaginaciones mías, así que me fui a dormir. Cuando iba a cerrar los ojos se apareció la muñeca ante mí y me susurró: No temas, acabará pronto… Esas son las últimas palabras que recuerdo.

 

 

Curro's story, por Francisco Cordón

I am Curro and I come to tell a story that happened to a friend and I don’t know if it is true but it is terrifying. That I can assure you. He lived on a plot on the outskirts of Cordoba and for a whole week he dreamed of a situation in which he was in the empty corridor looking towards the end and he saw a ghost and the story always ended there because he woke up until a day in which he began to hear voices that were not his family around three in the morning so he got up and went to where those voices belonged and saw a shadow behind him as he went down the hall. The totally terrified boy turned and saw a ghost man at the end of the hall. Dark to say the least what my partner experienced.

 

 

La Chimenea, por Helena Jiménez

31 de octubre, luna llena y ahí estaba yo, corriendo, temiendo que otro suceso atroz tuviera lugar en esta temida noche. Lo encontré entrando a la casa del alcalde y yo lo seguí. Alerta, me disponía a subir las escaleras cuando alguien me agarró del cuello y en un intento de defenderme de las agresiones del enmascarado, lo empujé a la chimenea. Cuando le quité la máscara, el alcalde que a su vez era mi padre sonrió maliciosamente. Mientras me recuperaba del shock un cuchillo atravesó mi costado .En un intento de defenderme, logré arrojar a mi hermano a la chimenea acabando así con las noches de terror. Rodeado de sangre, con la traición aún quemando mi corazón me fui de este mundo sabiendo que nadie más volvería a sufrir. 

 

 

La cabeza bien alta, por SDohertyS

Una oscura noche, en un lugar desconocido, donde las noches son largas y los días son fríos; donde llueve y truena y donde los gritos no son oídos, se encontraba un asesino con sangre manchando su camiseta color vino. La víctima apuñalada gritaba y gritaba pero nadie le contestaba y poco después, su sufrimiento y su dolor se acabó tras otra cuchillada del extraño señor. El extraño señor con la camiseta color vino se marchó, pero no antes de acabar con su deber. Cogió la cabeza del cadáver y la retorció y retorció hasta que la sangre empezó a derramarse por su piel. Y con su trabajo ya hecho, y con la cabeza bien alta, se esfumó a cometer algo aún más aterrador, volver al hogar del hombre apuñalado y acabar con la vida de los otros humanos. 

 

 

Los hermanos, por Ana

En otoño del 86 unos amigos decidieron gastarle una broma bastante mala, en una casa abandonada, a unos chicos de su clase, los cuales eran hermanos. Los amigos intentaron asustarlos haciéndose pasar por su padre, quien se había suicidado recientemente. Todo pasó muy rápido pero ocurrió algo totalmente inesperado, y es que ellos no reaccionaron ante el susto, sino que se quedaron callados, y tras una larga pausa, los bromistas empezaron a levitar, estremeciéndose, notando como si se les desgarrara la piel, estaban siendo torturados bajo su propio plan. Finalmente cayeron al suelo muy doloridos y exhaustos. Intentaron escapar pero, siendo perseguidos por dos demonios, les fue imposible y sus almas fueron consumidas por el diablo.

 

 

El pozo, por David Durán

Corría el siglo 20, mitad de la Primera Guerra Mundial. Los alemanes se enfrentaban contra los aliados y en mitad de todo esto se encontraba nuestro protagonista, Paul. Con apenas ocho ya se encontraba contemplando miles de cuerpos yaciendo sin vida a su alrededor, entre todos estos, el de su madre. ¿Y ahora qué hacer? Se preguntaba Paul con el rostro inundado de lágrimas. Poco delante, yacía un pozo. Mil pensamientos surcaron su mente en aquel instante, pero simplemente fue a por agua. Sus decadentes ideas se iban oscureciendo mientras tiraba de aquella vieja cuerda para rescatar el cubo, al fondo del pozo. Finalmente, llegó arriba, y junto a él, su madre le extendía el brazo.

Microrrelatos de Terror (fuera de concurso)

¡Buenas y lluviosas tardes!

Hace un día estupendo para disfrutar de mil y una actividades que se puedan hacer en casa, y por eso os proponemos ambientar el día con los microrrelatos de terror que habéis enviado al concurso...

En esta primera entrada incluimos aquellos que, por extensión o por voluntad de quien los envió, no pueden optar a premios. A continuación iremos publicando el resto, dedicando una entrada a cada categoría.

En vista de la acogida que ha tenido el concurso, proponemos que, en lugar de un jurado, sea el público quien vote, a través de comentarios en el blog, y también  en nuestra cuenta de Instagram (@comunicazahara), dando me gusta a las distintas publicaciones. Las votaciones se cerrarán el próximo viernes 5 a las 18:00h, y la semana siguiente se anunciarán los relatos ganadores y el día de entrega de premios y diplomas.

¡Disfrutad!

Alas, por Emilia Ayúcar

El chico abrió la puerta de su casa. Pasó por el pasillo. A medida que iba avanzando, como en un palomar, plumas de distintos tipos caían desde el techo como motas de polvo. Desde el salón se oía un leve gemido. El chico fue al salón. Sus pies se mojaron en sangre. En una esquina su madre lloraba de dolor con un leve balanceo. Mientras se intentaba cubrir la boca, se distinguían unos hilos cosidos en sus labios, sellando su boca. Al lado de su madre, su hermana tendida en el suelo, respiraba débilmente. Donde estaban sus ojos, dos abismos negros los remplazaban. A los lados de su cabeza en lugar de sus orejas, tan sólo había sangre por todas partes, que las plumas cubrían. Su padre yacía en un lateral. En el lugar de su corazón, un gran agujero del que manaba sangre. Sobre el suelo escrito con sangre, dos frases: "Me impedisteis volar por mucho tiempo. Ahora yo os he cortado a vosotros las alas."

 

 

Un monstruo viene a vernos, por el Doctor MUY Extraño

El tiempo pasaba inexorablemente. Un escalofrío recorrió su espalda a la par que el sudor frío comenzaba a empapar su ropa. Diez y cincuenta y cuatro. Había pensado en acabar con todo pero, ¿qué sería de su familia? ¿Cómo saldrían adelante en el trabajo? Se le echaría en falta seguro. La pistola parecía llamar a gritos desde el cajón. ¿Merecía la pena pasar por todo esto? Diez y cincuenta y seis. El corazón bombeaba frenético y la sangre martilleaba en su sien. Abrió el cajón, agarró la pistola. Diez y cincuenta y ocho. De repente ocurrió: alguien llamaba a la puerta. Diez y cincuenta y nueve. “Adelante”, balbuceó con un hilillo de voz. “Buenos días”, saludó abriendo la puerta un hombre estirado de gesto adusto, “a ver esas programaciones”.



La sombra, por IvCG

Desde que era pequeño, recuerdo una caja de música que tocaba una peculiar sinfonía, un tanto tétrica y melancólica a la vez.
Una tarde que toqué esta caja y terminó de sonar, me llamó la atención algo en el jardín: una silueta, negra…
Casual que tal sombra estuviese en la zona más tenebrosa del bosque exterior, cuyo temor me daba acercarme.
Esa noche no pude pegar ojo.
Era de madrugada, cuando se me ocurrió ir a tocar la caja para aliviarme.
Fue girarme, cuando noté una garra, áspera, deslizándose como un tentáculo.
Entonces lo vi, era la cosa más horrible posible para la vista: unos ojos rojos y oscuros, y un centenar de colmillos en una boca grande y sarcástica.
Era enorme, negro y lleno de extremidades alargadas. Parecía el mismo diablo.
Veinte años después... Llevo en el coche varias horas. Son las tres de la madrugada, suena esa canción…
Está en el bosque…
Es la sombra…



El médico, por Lucía Cruz Gómez

Desde pequeño, me sentí diferente, siempre estaba solo y genial, he triunfado y conseguido lo que todos desean Pero mi vida era una rutina monótona. Rezaba por no volver a abrir los ojos, no dar un paso más,  no pensar. Quería tranquilidad. Dentro de mi miserable existencia, solo quería soledad. Un día de octubre me encontraba en un jardín inmenso cuando alguien me llamó la atención. Un señor mayor que parecía trabajar alli me contó millones de anécdotas suyas, sobre gente que paseaba y situaciones que vivía. Entrada la noche me dijo: - Trabajar aquí me ha quitado el miedo, nunca sabes con quién hablas hasta que te das la vuelta.  Sabía que te conocía de algo, cómo no conocer al médico asesino. No te han dejado descansar por lo que veo. El cielo cerró sus puertas a un psicópata que tiene que deambular por un triste cementerio. Ahí recordé quién era, una triste alma en pena un 31 de octubre.



Una canción para dormir, por Curro

Es el dia mas feliz de mi vida. Estoy en un hospital con mis padres esperando a que mi mujer se recupere del parto . Ha nacido mi hija y la tengo entre mis brazos meciéndola. De repente, empieza a llorar. Intento que se relaje pero no soy muy experto todavía y acabo desesperado. Es ahí cuando, finalmente decido cantarle una canción que inunda mis recuerdos de cuando era pequeño, mas exactamente de cuando tenia 8 años. Esta canción me la cantaba mi madre todas las noches y siempre para ayudarme a dormir.
Empiezo a cantar esa nana que tan bien recordaba de mi madre y de cuando me acariciaba cuidadosamente. Cuando acabo de cantarla miro a mi madre. Esperando ver alguna reacción en ella pero solo dice:
-Que canción más bonita, ¿dónde la has oído?
Es en ese momento cuando me doy cuenta que no era mi madre quien me cantaba y me acariciaba por las noches.



El sueño eterno, por Lázaro Granados.

Yo me encontraba sentado, frente a la chimenea de mi biblioteca, medio dormido en mi sillón de terciopelo rojo, era un sillón bonito, al menos para mí lo era, a Anne, mi esposa, nunca le gusto, solía decir de él que el color rojo era vulgar, y que estaría dispuesta a transformarlo en  ceniza si no me deshacía de él, era una mujer decidida, que no se dejaba llevar por la opinión de nadie.
Ella murió hace un año, esta misma noche, pero su mirada estará siempre clavada en mi cuerpo, sentado y agotado en el sillón que siempre despreció, ya que frente a mí se hallaba su retrato, un retrato de enormes dimensiones. Y eso no me gustaba nada. Porque guardo un terrible secreto desde el día que falleció.
Yo solo me casé con ella por dos motivos: por dinero y por su belleza. Acababa de ser despedido y pasaba por un mal momento, tenía deudas pendientes, que cada vez se acumulaban más y más. Pero de repente, por azar del destino, coincidimos en la fiesta de un amigo, cuando la vi y hablamos, me sentí como nunca me había sentido en mi vida. Fue la primera y la última vez que me enamoré. Tres meses después nos casamos. Fue ese rayo de esperanza el que me sacó de la miseria.
Pero cometió un error once meses después, el divorcio, ella quería divorciarse de mí ya que no parábamos de discutir.
 Tres meses antes conseguí ser el sacerdote de la iglesia del pueblecito donde residíamos, St. Paul, y si ese asunto salía a la luz, perdería las dos cosas que más amaba en este mundo, ser sacerdote y a Anne.
Yo no quería hacerlo y que Dios me perdone por mezclar una gota de arsénico con su copa de vino diaria, pero no tenía otra opción.
Estaba sentado con un libro sobre mi regazo, El sueño eterno, se llamaba, no sé cómo ni por qué, pero el día justo después del funeral, se me metió en la cabeza, no podía pensar en otra cosa, fui a la biblioteca en la que me hallo y lo encontré,  estantería tres, fila ocho, columna seis; tres, ocho, seis; ¿De qué me sonaban esos números? La fecha de nacimiento de Anne. Tres de agosto de mil novecientos seis.
-Coincidencias de la vida- dije.
Aquello me atemorizaba un poco, pero era un buen libro.
Mientras descansaba en mi biblioteca un ruido me sobresaltó, venía de la habitación de al lado, la de Anne, me acerqué hacia la estancia con mi corazón palpitando, cuando estuve en la puerta, con un rápido movimiento entré en su dormitorio para observar que era aquel ruido, y que hallé: oscuridad y nada más. Me decidí y con sigilo me adentré en el umbral de los aposentos de Anne, de repente, una música empezó a sonar. Incliné mi cabeza con mi corazón a un ritmo desorbitado y vi su tocadiscos encendido, un disco sonaba, su disco favorito, la novena sinfonía en re menor de Beethoven, la ponía todas las noches antes de dormir, le gustaba Beethoven.
-El viento -dije tratando de encontrar una explicación lógica a este suceso-.
-La ventana está abierta, luego ha debido de ser la corriente-.
Ya estaba mucho más tranquilo, habiendo encontrado una razón por la que el tocadiscos estuviese encendido, así que me dirigí hacia la mesita donde se encontraba el aparato, intenté apagarlo, pero me costó, era antiguo y estaba medio oxidado, hacía falta fuerza, fuerza de la que carecía el viento aquella noche. Corrí al cuarto de baño de Anne, que era la segunda habitación a la derecha, abrí el grifo del lavabo y me empape la cara con agua cuando, sin ni siquiera esperármelo, algo me empujo la cara contra el espejo, estuve a punto de gritar, pero un corte en mi garganta me lo impidió. Cuando levanté mi rostro, lleno de cortes debido al cristal percibí un olor a quemado, provenía de la biblioteca, corrí para ver lo que sucedía  y vi como mi sillón de terciopelo se quemaba, en solo unos segundos el fuego se extendió por toda la habitación, estaba atrapado, todo ardía, salvo el retrato de Anne y el libro que yo leía, en pocos minutos yo me hallaba muerto, en medio de la habitación, fue Anne la responsable, estoy seguro, acababa de cumplir su venganza y desde entonces vigila mi cadáver sobre la alfombra. Aun sabiendo que nunca despertaré de mi sueño eterno.